3 A tal punto llegó la hostilidad, que hasta se cometieron asesinatos
por parte de uno de los esbirros de Simón.
4 Considerando Onías que aquella rivalidad era intolerable y que
Apolonio, hijo de Menesteo, estratega de Celesira y Fenicia,
instigaba a
Simón al mal,
5 se hizo llevar donde el rey, no porque pretendiera acusar a sus
conciudadanos, sino que miraba por los intereses generales y particulares de
toda su gente.
6 Pues bien veía que sin la intervención real era ya imposible
pacificar la situación y detener a Simón en sus locuras.